Poco a poco las paradas de autobús tradicionales donde el total del espacio se dedica a un asiento donde la gente puede esperar al autobús están siendo sustituidas por una versión moderna donde extrañamente se ha decidido dejar de dedicar la totalidad del espacio a que las personas puedan esperar sentadan, ahora solo un tercio de ese espacio se dispone a ese fin.
¿Qué hacen con los otros 2 tercios del espacio? La respuesta es que es complicado de entender.
En el tercio de en medio se ha dispuesto una suerte de T metálica verde que desde Burguillos.info no podemos si no asumir que tiene la funcionalidad de que las personas puedan esperar apoyadas en dicho artefacto misterioso.
El último tercio del espacio queda totalmente vacío, sin ningún uso aparente que no sea que las personas esperen ahí de pie apegotonadas cuando no hayan tenido la suerte de conseguir asiento o espacio para apoyarse en el artefacto con forma de T.
No ha habido ningún tipo de mejora en cuanto a la cantidad de sombra disponible bajo la parada, la que en muchos tramos horarios, y dependiendo de la localización y meteorología puede convertirse en el inferno en la tierra al quedar descubierta de sombra, con temperaturas superando los 40 grados no queda si no apiadarse del pobre alma que tenga que tomar el autobús a según que horas y en según que localizaciones.
El diseño clásico de paredes de cristal también continua en las nuevas paradas, paredes que además de ser frágiles y ser encontradas rotas frecuentemente poco hacen por detener el poder fulgurante de nuestro Sol andaluz.
Quizás sea solo un detalle más; no obstante creo que la nueva actualización no es más que una muestra más de la decadencia del transporte público en nuestra localidad con tarifas que crecen como la espuma, horarios que se encogen como la ropa de algodón a altas temperaturas en la lavadora y usuarios cada día un poco más descontentos.
Aprovecho estas últimas líneas para recordaros que el transporte público tiene una tasa de emisión de gases con efecto invernadero muy inferior al vehículo individual ya que la mayor parte de la gasolina se gasta en mover el vehículo, no en mover a la gente, cuando viajas solo en un coche al trabajo, a la universidad o al médico tu huella en CO2 es muy superior a cuando lo haces en el transporte público. Destruir el transporte público en lugar de promoverlo y mejorarlo es un clavo más en el ataud de nuestra especie. Sin transporte público y otras políticas para eliminar la emisión de gases de efecto invernadero y otras actividades humanas con impacto de efecto invernadero como las estelas de los aviones nuestro destino absoluto es la extinción.